Aquellos de ustedes que han seguido mi trabajo, o me conocen personalmente, saben cuánto influyen el cine y la música en mi arte. El cine, la música y las artes visuales son tres entidades que, cuando se unen, crean una experiencia plenamente emocional para la audiencia. No hace falta decir que me sentí abrumado por la gratitud por la oportunidad de crear el cartel ilustrado y la campaña exterior de la nueva película de Paul Thomas Anderson, Licorice Pizza.
Este proyecto ha estado en marcha silenciosamente durante más de un año. Trabajar con un cineasta y un estudio de cine me proporcionó un proceso diferente al que estoy acostumbrado. Normalmente creo de forma aislada, rodeada de mis pensamientos y el clamor de la vida callejera fuera de mi ventana en Honolulu. Este proyecto fue una experiencia de colaboración (aunque virtual), con un equipo creativo operando desde Los Ángeles. El proceso fue refrescante porque pude recibir comentarios en tiempo real y practicar una nueva forma de contar historias. El equipo fue encantador al guiarme, pero también al darme mucha libertad creativa. ¿Mencioné que ilustrar algunos de mis favoritos en Hollywood (Las hermanas Haim, Maya Rudolph, Sean Penn, Bradley Cooper… ¿quéaaaat?) fue un sueño hecho realidad?
Como gran parte del trabajo de PT, Licorice Pizza está ambientada en el mundo de la California de los años 70. Los tonos cálidos, la piel bañada por el sol y los gráficos retro de amapola me seducen como ninguna otra época puede hacerlo. Como ocurre con todos mis proyectos, creé el ambiente en mi estudio con una lista de reproducción de canciones que aparecerían en la película. Nina Simone y David Bowie, además de la música de Haim. Todo esto evocaba el tono nostálgico y de amor que se convirtió en el alma de esta imagen.
En esencia, la historia trata sobre un adolescente enamorado de una chica mayor. Está fuera de su alcance, pero es irresistible. El personaje de Alana Haim es, en muchos sentidos, la heroína arquetípica de todas mis obras. Ella es segura pero accesible. Distante pero cálido. Misterioso pero familiar. Tuve una visión de ella de inmediato, con una sonrisa cómplice, zarcillos ámbar saltarines y ojos que perforan el alma. El personaje de Cooper Hoffman es optimista y un poco engreído. Cada uno de ellos mantiene al otro muy alerta.
Al mirar las imágenes publicadas oficialmente para esta película, no puedo evitar ver las interminables horas, la inspiración y el amor fusionados en ellas desde ambos lados del Pacífico. Me siento honrado por la oportunidad y emocionado por las nuevas puertas que se pueden abrir. Mi más sincero agradecimiento al equipo creativo de Burbank por su apoyo (y nuevas amistades) y a PT Anderson por creer en mi trabajo.
Mahalo, Muchas Gracias y ¡VAYA A VER PIZZA DE REGALIZ!